jueves, 26 de junio de 2008

Crónica de la crisis de un país HIPER. De la Hiper-inflación a la Hiper-recesión

Argentina, país situado en el extremo austral de Sudamérica junto con Chile, experimentó y experimenta (2001) a diferencia del último una crisis económico-financiera muy severa y prolongada (4 años).

Poner una fecha para el punto de partida de la crisis es difícil pues entonces deberíamos remontarnos a muchos años atrás y no sería el objeto de estas notas. En cambio, analizaremos la historia reciente que llevó al país a la profunda crisis que vivió y vive al momento actual, año 2001.

Éstos artículos pasan revista a las causas de la crisis invocadas por funcionarios, formadores de opinión de la Argentina y medios de información.

También revisan las soluciones invocadas y llevadas a cabo 'para evitar que la Argentina entrara en crisis'.

Para su mejor lectura ha sido dividido en varias notas que incluyen ésta.

El común denominador de lo que expondremos fue un hecho característico de la crisis, que hemos dado en llamar 'Las Soluciones económicas múltiples que no solucionan nada', esto es, lo que un viejo aforismo médico dice acerca de cuando existen muchas técnicas quirúrgicas para solucionar una patología, es porque ninguna brinda una solución adecuada. Debido a que se ensayaron durante la crisis numerosísimas soluciones, todas supuestamente concluyentes, pero que no solucionaron nada.


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En julio de 1989 el presidente Menem, cambió la política económica del país abandonando el modelo vigente durante 40 años. Menem asumió la presidencia de la Argentina en forma anticipada por la renuncia de su predecesor el Dr. Alfonsín, quien enfrentaba una crisis economica terminal caracterizada por una Hiperinflación.

Por esa época, la moneda carecía de valor, la gente se volcaba masivamente a comprar dólares, la paridad entre el austral (moneda argentina en esa época) y el dólar cambiaba minuto a minuto, lo que traía aparejado que los sueldos de los trabajadores se licuaban al ser recibidos, ya que perdían el valor adquisitivo.

Hubo recesión, producto de que la actividad económica era insostenible en esas condiciones. Como correlato de la hiperinflación existía la emisión espúrea de moneda que intentaba servír para paliar el déficit del Estado Nacional. Habiendo tenido un éxito inicial relativo con el Plan Austral elaborado por el ministro Sourrouille, debió, por no hacer reforma del Estado y corregir el déficit fiscal, enfrentar la crisis económica que terminó con su mandato anticipadamente.

En su primer mandato, el entonces presidente Menem redujo el déficit fiscal y aplicó recetas liberales otorgando vigencia a la economía de mercado, logrando estabilidad monetaria, algo impensable luego de haber sufrido varias crisis inflacionarias consecutivas y una hiperinflación.

Esto se logró con la sanción de la ley de convertibilidad. Sin embargo, las reformas de fondo no se practicaron y el financiamiento del déficit fiscal se lograba con la venta de las empresas del Estado (que ingresaron unos 40.000 millones de dólares al tesoro nacional) y la llegada de capitales de inversión al país.

Así, luego de mucho tiempo, la Argentina recuperó la moneda. El dólar dejó de ser un indicador de la decadencia económica del país.

El comercio exterior se incrementó el nivel de importaciones y de exportaciones. La preocupación era por ese entonces el saldo negativo de la balanza comercial. El ministro Cavallo explicaba como normal y útil para un país en desarrollo dicho déficit comercial, ya que según decía, era beneficioso que se importaran bienes de capital que servirían para lograr un despeque de la actividad productiva.

Esa situación estuvo inscripta en una época en que la economía mundial creció. Esto fue cierto hasta 1994, ya que en 1995 sobrevino la crisis mexicana, luego la asiática y la cesación de pagos rusa.

También se debió soportar la devaluación del Real brasilero y finalmente la transición política de 1999, cuando el ex presidente Menem le entrega el mando al presidente De la Rúa, dando fin a los intentos reeleccionistas del primero.



Para tener una magnitud de las crisis internacionales, en la del tequila el riesgo país estuvo doce meses por encima de 1000 puntos, alcanzando su acmé en 2456 puntos (con un promedio en marzo de 1837 puntos).

Sin embargo, por esos días, el comun de la gente no hablaba del riesgo país, como ocurrió durante el año 2001. Sobre el final del artículo veremos porqué antes no se habló y luego mas bien se lo publicitó.

Durante la cesación de pagos rusa el riesgo país llegó hasta 1482 puntos. Desde entonces, no se registraton subas marcadas hasta cerca de fines de abril de 2001 en que alcanzó 1300 puntos.

El riesgo país es una técnica de medición creada por el departamento de investigaciones de JP Morgan Securities. Su nombre completo es Emerging Markets Bond Index Plus (indice agregado para bonos de mercados emergentes), y sus siglas, EMBI+.

Es un complejo cálculo, que toma en cuenta en los tipos de negocios financieros en los que JP Morgan opera: bonos Brady, eurobonos, préstamos y valor del dólar en el mercado local. Indica las expectativas que el mercado tiene acerca de la capacidad de un determinado país de pagar su deuda.

A modo de ejemplo, la deuda Argentina alcanza casi al 50% del PBI (2001), a pagar en 8 años. Para comparar, Ecuador, Rusia y Bulgaria, por ejemplo están por encima del 100%.

Cuando el riesgo país subió a principios del año 2001 de forma notable, fue producto de la baja cotización de los bonos de la deuda Argentina en New York. La baja cotización ocurrió debido a un incremento notable de la venta de dichos títulos por la amenaza de default que los tenedores de dichos títulos veían venir en la Argentina. Al bajar la cotización por la venta, subía el riesgo país.

Sin embargo, antes de las crisis internacionales mencionadas y que amenazaron la estabilidad económica de la Argentina, el país vivió un boom económico que atrajo inversiones que le dieron un ritmo de crecimiento elevado. Fue la época del Boom del consumo y la toma de créditos indiscriminadamente. Esto duró hasta 1993 y parcialmente 1994.

La decadencia Argentina había comenzado ya en 1994, agravándose en 1995, y años subsiguientes por las crisis financieras internacionales y en 1999 por el intento reeleccionista del ex presidente Menem.

El paulatino incremento del déficit fiscal, la falta de empresas del Estado para vender, la disminución del flujo de capitales para invertir en el país dieron el puntapie de la gran recesión de hasta ahora, tres años.

A medida que se acercaba el final del segundo mandato del presidente Menem, la situación se hacía más insostenible. Para dar un dato ejemplificativo, 900 fábricas de zapatos cerraron desde 1995.

Comenzó a ser habitual ver quiebras de empresas, producto de la falta de competitividad por la convertibilidad con un peso sobrevaluado y créditos caros, éstos últimos como consecuencia del elevado déficit fiscal que incrementaba el riesgo país y por ende las tasas de los créditos que se tomaban.

A ésto hay que agregar un factor, la Argentina no tenía experiencia en productividad, o sea, producir bienes y servicios de calidad y de precio competitivo.

Como se dijo, el déficit fiscal fue un elemento importante, que se asociaba a la deuda externa que crecía progresivamente, a pesar de las ventas de empresas del Estado.

Jamás se usaron los fondos de la venta de dichas empresas para cancelar capital de la deuda, ya que fueron usados para financiar el déficit creciente.

DEUDA EXTERNA Y DÉFICIT FISCAL: Cuando el presidente Menem le entrega el mandato al presidente electo De la Rúa, el déficit fiscal se estimaba en 11.000 millones de pesos anuales. Considerando que la deuda externa era para mediados del 2001, de 148.000 millones de dólares (sólo la pública nacional, sin la de las provincias que rondaba unos 20.000 millones, ni la privada), el déficit anual era muy elevado.

En términos porcentuales, el déficit de un sólo año era el 7,43% del total de la deuda.

En los últimos diez años la cifra de la deuda se incrementó en 90.000 millones de dólares (1989-1999).

Cómo se constituyó?: de esa cifra, solamente para pagar los juicios al Estado, se emitieron títulos por 10.000 millones de dólares.

Las tasas de interés creciente que la floreciente economía norteamericana elevaba para enfriarse producían aumento de los intereses (servicios) de la deuda, incrementando la carga.

Otro factor que favoreció el incremento de la deuda fueron las crisis de México, Rusia, Asiatica, y del Brasil, que produjeron un incremento en el riesgo país que hizo que la Argentina tomase créditos a tasas carísimas.

Los intereses subieron en aproximadamente 2 puntos del PBI, lo que equivale a unos 6.000 millones anuales.

Otro factor, fue el aumento del desempleo, que debió palearse con subsidios, planes Trabajar, aumento de la asistencia social, programas sociales. En cinco años previos a la crisis, ésta sóla causa sumó 5.500 millones obtenidos del crédito internacional.

En 1994 primero y en 1998 después, la rebaja de los aportes patronales, significaron la friolera de 20.000 millones, que el Estado dejó de percibir. Hoy [2001] son 5.000 millones anuales.

Igual fenómeno negativo ocurrió con la creación de las AFJP, que significaron disminución de ingresos desde su creación por 22.000 millones de dólares, hoy unos 4.200 millones anuales.

Con 72.000 millones anuales de recaudación interna (datos año 2000), los servicios de la deuda se llevaron en el 2001 alrededor de 15.000 millones. El resto debe utilizarse en gastos de funcionamiento incluido sueldos y obras públicas.

Finalmente, durante el 2001 las necesidades de financiamiento son de 20.000 millones, durante el 2002 serán de 30.000 millones. Un panorama no muy diferente se plantea hasta el 2005.

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